Distancia del Cusco: 42 kilómetros.
Recorrido de iglesias en el Valle Sur: 3 kilómetros.
Altitud: 3,450 – 3,200 msnm.
Tiempo recomendado para la Ruta: 3 a 4 horas.
La Ruta del Barroco Andino recorre cuatro iglesias: una ubicada en el Cusco y tres en el llamado Valle Sur, el espacio geográfico que conecta la capital del Imperio Inca con la selva de Madre de Dios y el lago Titicaca. Este fue un eje comercial, anterior a los incas, por el que se transportaba oro, plata, hojas de coca y fibras animales. Desde entonces quedan sitios arqueológicos en su recorrido, como Tipón y Rumicolca, y antiguas fábricas de tejidos como la que hay en Lucre.
El Valle Sur va paralelo al río Urubamba, que nace del nevado Ausangate y atraviesa dos lagunas, una de ellas Huacarpay, sitio Ramsar rico en aves, totorales y bellos atardeceres. El valle está formado por pequeñas localidades de agricultores, comerciantes y ganaderos, y también hay pueblos de brujos, panaderos, constructores de tejas, así como de músicos y danzantes que rinden homenaje a la Virgen del Carmen y al Señor de Qoyllor Riti.
En tres de esas localidades, Andahuaylillas, Huaro y Canincunca, se encuentran iglesias jesuitas cuyos interiores, junto con el de la Compañía en el Cusco, exhiben el barroco más impresionante y llamativo del Perú. Un arte que nace de la fusión entre la cosmovisión andina y su naturaleza con el cristianismo traído por los españoles. Una cultura que crea un mundo de color, expresividad y transgresión que llena los techos, las paredes y los muebles de los templos.
Estos no son templos museos, son templos vivos. Acá se comparte la vida, la fe, la juventud… desde las tradiciones locales, desde el quechua, desde la realidad de la gente. Queremos que los turistas vengan a ver esos templos, pero al mismo tiempo que disfruten del paisaje, de la población, de la gastronomía y de la artesanía, que la gente interactúe con el campesino porque todo eso ayuda al desarrollo de las personas.
Carlos Miguel Silva – Jesuita y párroco de la RBA