Su estilo es renacentista y conserva más de 60 esculturas y 50 lienzos de gran calidad y belleza, adem ás de platería, retablos y
otros bienes muebles.
Construida a fines del siglo XVI y principios del XVII, destacan las impresionantes pinturas murales de su interior, que cubren la totalidad de los techos y las paredes.
Las pinturas, realizadas por Tadeo Escalante, muestran las postrimerías del ser humano, es decir, la visión de la muerte, el juicio final, la gloria y el infierno, definidas por la unión de la simbología andina, sus creencias populares y el arte colonial.
Cuando se restauraron los techos y las pinturas, llegaron personas del Cusco y se maravillaron. ‘Hermoso templo hemos visto, cómo no conocíamos estando tan cerca’. Desde entonces viene mucha gente, especialmente el 16 de julio, durante la fiesta de la Virgen del Carmen.
Máximo Samochuallpa – Ecónomo de la Iglesia San Juan Bautista de Huaro